Sabiduría como meta, patria como destino.
Sabiduría como meta, patria como destino.
Un reciente estudio, liderado por investigadores del Departamento Académico de Ciencias Marinas y Costeras de la Universidad Autónoma de Baja California Sur y Pronatura Noroeste, busca arrojar nuevos avances en la comprensión y conservación de la mascarita peninsular (Geothlypis beldingi), un ave canora en peligro de extinción, endémica de los oasis en la entidad.
En este esfuerzo científico participan Roberto Carmona, Isabella Mata, Gerardo Marrón, Enrique Flores, Sergio Águila, Sofía Pérez, Sergio Alcalá, Damián González, Selma Ávalos, Aranza Mendoza y Sergio Flores Ramírez. Su intención es comprender mejor la situación de la especie y desarrollar estrategias de conservación eficaces en un estado que, aunque es el más árido del país, alberga ecosistemas únicos y frágiles.
De acuerdo con el estudio, la mascarita peninsular es un pequeño chipe de 14 cm, conocido por su distintivo plumaje, especialmente la máscara oscura que cubre su rostro. En 1917 se propuso la existencia de dos subespecies por diferencias en el plumaje. Para la subespecie norteña, los machos presentan una franja color crema encima de la máscara negra; en la sureña, los machos muestran color amarillo limón encima de la máscara negra, difícil de apreciar.
Además, destaca que hay más de 200 km de separación entre los límites de ambas subespecies, es decir, entre La Paz y San Javier, y en esta región es incierta su afinidad taxonómica.
Su hábitat está restringido a oasis con espejo de agua y vegetación emergente, como el tule y el carrizo, áreas que cubren menos del 0.03% del territorio de Baja California Sur. A pesar de su tamaño reducido, estos sitios concentran una alta biodiversidad y son vitales para la supervivencia de la especie.
Sin embargo, la mascarita peninsular se enfrenta a una serie de amenazas, principalmente la sobreexplotación de los mantos acuíferos, la contaminación y el cambio de uso de suelo, lo que ha reducido la extensión de vegetación emergente necesaria para su reproducción. Las poblaciones de esta especie son pequeñas, con estimaciones de entre 650 y 1,670 individuos adultos, lo que coloca a la mascarita entre las especies más vulnerables del estado.
En el marco de su investigación, el grupo científico llevó a cabo un recorrido de 23 días a mediados de este año por los oasis sudcalifornianos con el objetivo de determinar el tamaño poblacional y las áreas más importantes para su conservación.
Para ello se formaron dos equipos: uno en el sur, desde La Paz hasta Cabo San Lucas; y otro en el norte, desde San Ignacio hasta San Javier. Se visitaron 69 sitios en total: 25 en la zona norte, 30 en la zona sur y 14 en la zona central, llevando a cabo conteos de punto para obtener datos precisos, labor que contribuirá a una evaluación más actualizada del tamaño de la población por subespecie y a una mejor comprensión de su distribución geográfica, contribuyendo a crear estrategias de conservación más efectivas.
Otra acción relevante es que, a partir de los hallazgos que han tenido como grupo, han solicitado la declaración de “hábitat crítico” para dos oasis clave en el sur del estado. Además, se está preparando un Programa de Acción para la Conservación de la Especie de Interés (PACE) que se enviará a SEMARNAT para su eventual publicación, buscando implementar políticas públicas que protejan estos frágiles ecosistemas.
Asimismo, en materia de conservación, han realizado diversas capacitaciones en identificación de aves, impulsando el aviturismo como una herramienta clave para generar recursos para las comunidades locales y sensibilizar sobre la importancia de preservar la mascarita peninsular. Ejemplo de ello son una serie de cursos en localidades como San Ignacio y Ejido El Rosario, fortaleciendo el interés por la observación de aves y promoviendo la conservación de la fauna local.
Gracias a este esfuerzo conjunto entre la UABCS y Pronatura Noroeste, con el apoyo de organizaciones como BirdLife International y la colaboración de familias y diversos actores locales, los resultados obtenidos no sólo servirán para la conservación de esta especie emblemática, sino también a la preservación de los ecosistemas acuáticos de Baja California Sur, esenciales para la biodiversidad y la sostenibilidad de la región.