La información es fundamental en las universidades para desarrollar procesos académicos, administrativos, investigativos y de gestión del campus. Estos procesos se apoyan en sistemas de información, que abarcan el almacenamiento, tratamiento y gestión de datos, así como los recursos materiales y humanos necesarios, ya sean tradicionales o tecnológicos.
Los sistemas de información en las universidades incluyen activos tangibles, como equipos tecnológicos, y activos intangibles, como el know-how del personal, la reputación, el software y la propiedad intelectual. La información, junto con este conocimiento práctico, es un recurso clave, especialmente en instituciones centradas en el conocimiento como las universidades.
La seguridad de la información consiste en conservar y proteger tres propiedades de la información:
Disponibilidad: es la propiedad que garantiza que la información esté accesible cuando se necesite. Un fallo en la disponibilidad ocurre, por ejemplo, cuando no se puede acceder al correo corporativo por un error o por un ataque como el ransomware, que bloquea el acceso a los archivos.
Integridad: es la propiedad de la información que garantiza que no haya sido modificada o alterada de forma indebida. Un fallo de integridad ocurre cuando, por ejemplo, se cambia intencionadamente la calificación de un estudiante o se borran parcialmente datos, archivos o programas, ya sea por accidente o de forma maliciosa.
Confidencialidad: es la propiedad que garantiza que la información solo sea accesible por personas autorizadas. Su objetivo es evitar que datos sensibles se revelen de forma intencionada o accidental. Para protegerla, se usan medidas como contratos de confidencialidad. La exposición no autorizada de información puede afectar la confianza de la comunidad universitaria.
Los datos personales y su privacidad se han convertido en una prioridad para la sociedad y para todas las organizaciones. Las universidades, independientemente del tamaño, deben examinar su situación en cuanto a la protección de datos personales, pues están en juego factores como la confianza de los usuarios o la competitividad.
1. La universidad debe identificar el riesgo al tratamiento de los datos con base en aspectos relevantes como la genética o el género social.
2. La universidad debe garantizar la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los tratamientos y datos personales.
3. La universidad debe permitir que las autoridades puedan verificar que el tratamiento de los datos se realiza de forma correcta a su nivel.
4. La universidad debe garantizar los derechos y libertades de los afectados.